Las 5 patologías pediátricas más comunes

Esta guía carece de carácter diagnóstico. Únicamente tiene carácter divulgativo e informativo. En caso de necesitar ayuda médica no urgente contacte con nosotros. En caso de requerir ayuda urgente, contacte con los servicios de urgencias.

Tabla de contenidos

Introducción.

La salud de nuestros hijos es una de las principales preocupaciones de los padres y cuidadores. A medida que los niños crecen y desarrollan sus sistemas inmunológicos, pueden enfrentar diversas patologías pediátricas comunes. En este post, exploraremos algunas de las patologías más frecuentes en la infancia, sus síntomas, tratamientos y cómo prevenirlas para mantener a nuestros pequeños saludables y felices.

1. Infecciones respiratorias (Resfriado común y bronquiolitis).

  • Síntomas: El resfriado común en niños se caracteriza por congestión nasal, secreción nasal, fiebre baja, tos y, a veces, dolor de garganta. Por otro lado, la bronquiolitis, que afecta principalmente a bebés y niños pequeños, se manifiesta con dificultad para respirar, sibilancias y tos persistente.
  • Tratamiento: Para el resfriado común, el tratamiento se centra en aliviar los síntomas con descanso, hidratación adecuada y, en algunos casos, medicamentos para reducir la fiebre o aliviar la congestión. En el caso de la bronquiolitis, es importante controlar los síntomas y garantizar una adecuada hidratación. En casos graves, es posible que se requiera hospitalización.
  • Prevención: La prevención del resfriado común y la bronquiolitis incluye el lavado de manos regular, evitar el contacto cercano con personas enfermas y mantener al niño alejado del humo de tabaco, que puede empeorar los síntomas.

2. Alergias alimentarias.

  • Síntomas: Las alergias alimentarias pueden causar una variedad de síntomas, que van desde picazón en la piel, hinchazón de labios y párpados hasta vómitos, diarrea y problemas respiratorios.
  • Tratamiento: El tratamiento implica eliminar el alimento desencadenante de la dieta y, en casos de reacciones severas, administrar medicamentos como la epinefrina. Es esencial trabajar en estrecha colaboración con un alergólogo para establecer un plan de manejo adecuado.
  • Prevención: La prevención de alergias alimentarias en bebés se puede lograr siguiendo las recomendaciones actuales de introducción de alimentos sólidos de manera gradual y controlada.

3. Gastroenteritis (virus estomacal).

  • Síntomas: La gastroenteritis se manifiesta con diarrea, vómitos, fiebre y deshidratación.
  • Tratamiento: El tratamiento principal es mantener una adecuada hidratación a través de líquidos orales y evitar alimentos que puedan empeorar los síntomas. En casos graves de deshidratación, puede ser necesario acudir al médico.
  • Prevención: La prevención se basa en el lavado de manos frecuente y en la higiene al manipular alimentos, así como en evitar el contacto con personas infectadas.

4. Asma infantil.

  • Síntomas: El asma en niños se caracteriza por tos persistente, sibilancias (un silbido al respirar) y dificultad para respirar.
  • Tratamiento: El tratamiento implica el uso de inhaladores de alivio y control, y es fundamental evitar los desencadenantes conocidos, como alérgenos o irritantes del aire.
  • Prevención: La prevención incluye mantener un ambiente libre de humo de tabaco y otros irritantes, así como trabajar con el médico para identificar y evitar desencadenantes específicos del asma.

5. Infecciones de oído.

  • Síntomas: Los síntomas incluyen dolor de oído, fiebre y, a veces, dificultad para escuchar.
  • Tratamiento: En algunos casos, se pueden recetar antibióticos para tratar infecciones del oído. Sin embargo, no todas las infecciones del oído requieren antibióticos, y es importante seguir las recomendaciones del médico.
  • Prevención: Evitar la exposición al humo de tabaco y mantener las orejas secas después del baño pueden ayudar a prevenir infecciones del oído.

Conclusión.

La información proporcionada en este artículo es un punto de partida para comprender las afecciones pediátricas, pero siempre es recomendable consultar con un pediatra o médico para obtener asesoramiento personalizado y atención médica adecuada para cada niño. Con el conocimiento y el cuidado adecuados, podemos ayudar a nuestros hijos a crecer y desarrollarse de manera saludable.